viernes, septiembre 29, 2006

Una de cotidiano

7 de la mañana: despertador. Espero hasta las 7:30 y a correr. Me visto, preparo los bocadillos de Álex y Santi. Despierto a O. F se levanta, ha prometido acompañarme en coche a la revisión médica de la empresa. Seguro que ya se está arrepintiendo. Tengo que estar a las 8:15 pero llego a las 8:30. No es problema sólo que a esa hora voy a coincidir con Z. que trabaja conmigo y que es un trepa "comme il faut". No quiero que me vea con el tubo de ensayo y el pipí esperando a que me visiten. Los médicos lo hacen bien y no coincidimos en ese momento tan ridículo.
Salgo, no sé que línea coger del metro y empiezo a andar, me obsesiono porque mi compañero llegará antes que yo; yo desayuno, me acaban de pinchar para sacarme sangre, así que tengo escusa moral, pero Z. es musulmán, ayer empezó el Ramadán y por lo tanto él no parará a desayunar.
Efectivamente, llega antes que yo y me mira como diciendo, -ajajá has desayunado.
Mañana de trabajo esquivando jefes, jefecillos y mequetrefes. Vamos a comer con los compañeros y descubro que dos de ellos jamás han probado la granada. Son raros. Hacemos quiniela para ver a quién echan hoy que es fin de mes y hay tres nuevos en formación. Por la tarde no echan a nadie. Esperaremos al lunes.

Me llama la canguro, A., para decirme que Santi se porta muy mal, que se escapa por la calle y que cuando suben en el ascensor con el portero Santi llama a todos los pisos recreando el viaje interminable.
Hablo con Santi.
Salgo del trabajo y cojo el 17. Bajo en Gràcia y paso por el mercado de la Llibertat porque Victoria me guarda ventresca. Recojo la susodicha que era de un atún generoso porque me obliga a llevarme los 2 kilos enteritos. Así que nos reimos diciendo que no volveré a comprar ventresca en 3 años.
Llego a casa, A. ha conseguido duchar a S y a A que parecen casi respetables. Dejo la ventresca y hablo con los enanos un rato. Ducha. Preparo la cena para ellos, comen lenejas y unas protestas contra una carne alemana al horno, que, modestia aparte, me queda buenísima.
Tele. Silencio. Preparo el escabeche para la ventresca. Fácil. Huele bien. Hoy cenaré sóla. Ya es hora de que S. se vaya a dormir. Guerras y protestas.
Un día como otro.

viernes, septiembre 22, 2006

Mi limón, mi limonero.


Hoy me he comprado un limonero; he ido a ver a mis amigas: las proveedoras de plantas.
Me han contado, y ya lo sabía, que tenía que dejar siempre un limón en el árbol.
Lo que no sabía era la explicación: dicen que el limonero si pierde todos los limones se olvida de que es un limonero.
No tengo nada más qué decir. La naturaleza es sabia.


domingo, septiembre 17, 2006

Inmigración.

Me ha sorprendido comprobar que en todas las televisiones, tanto las de aquí como las de allá han decidido unánimemente que los inmigrantes ya no llegan en pateras sino que llegan en cayucos.
He buscado en el diccionario las diferencias pero aparentemente no las hay de significativas. Ambas son embarcaciones de fondo plano y sin quilla.
Tal que así:






Quizá sea porque los cayucos parecen algo más grandes, o porque patera no tiene la categoría del cayuco. No lo sé, pero me ha soprendido la coincidencia en el cambio y en el tiempo. Llega septiembre y vienen los cayucos.
Precisiones lingüísticas aparte, cuando los veo desembarcar me pregunto qué podemos hacer, qué estamos haciendo y desde luego qué es lo que estamos haciendo mal. Todos, no España, no Senegal, sino todos. El sistema.
Porque cuando veo a un hombre llegar vivo en un cayuco sé que ese hombre me dice que está mal y que busca algo mejor.
Pero después de saltar del cayuco, si consiguen permanecer aquí, ¿qué hacen? ¿Cómo sobreviven? ¿Adónde van?

¿Soluciones?

miércoles, septiembre 13, 2006

La tormenta

Ayer por la noche estaba yo escribiendo un post en el que contaba que las tormentas desde siempre que me dan muuuuucho miedo.
Estaba delante del ordenador bastante atemorizada, envuelta entre el diluvio unviersal, la iluminación esotérica de mil rayos (no exagero, esta mañana decía que habían caido 1000 rayos en Barcelona) y calculando las posibilidades de que un rayo me fundieran en mi preciosa terraza. Porque, me planteaba, también, ¿existiría algúin estudio sobre el porcentaje de rayos caídos sobre terrazas?
En eso estaba cuando la luz tembló, y yo, que soy muy listilla, me dije, voy a salvar.
Pero, ai las!, no llegué a tiempo, y mientras el Euromed se paraba entre Valencia y Barcelona, la rueda de prensa del Barça no se podía hacer porque se había inundado la sala y un par de coches se iban riera abajo, Internet se fue al carajo de la mano del Canal Satélite.
Cuando llegó F. rápida le conté que el Euromed, la conferencia del Barça e Internet, y todo en el primer mundo por una tormenta. A lo que lacónico me respondió que: ni el EuroMed, ni las salas de prensa de futbol, ni Internet estaban en el segundo.
Pues eso, que me dan miedo las tormentas.

sábado, septiembre 09, 2006

Profesiones

Una compañera se fue este verano de vacaciones a Sudáfrica.
Al volver, me contó que estuvo de visita en un pequeño y remoto pueblo llamado Hermanus, dónde la actividad principal es el turismo que se acerca por ahí para ver las ballenas.

En ese pueblo vive un hombre de mediana edad, de profesión trompetero.
Su actividad, digo yo que altruista, no es otra que la de, de vez en cuando, hacer sonar la trompetilla, que debe hacer algo como: tuturutú, tuturutú, para a continuación anunciar con voz solemne: "Whales on the horizon" "Whales on the horizon".

viernes, septiembre 08, 2006

En la mesa he puesto un banco para que quepamos todos y estemos más cómodos.
Así podemos mirar más allá.
Ahora no vemos la mesa, pero no importa: miramos lo que será.

miércoles, septiembre 06, 2006

Muerto el perro, muerta la rabia.


Niteroi es una ciudad situada frente a Río y a la que uno va, básicamente, para ver el frontal marítimo de Río. Uno que sea turista, quiero decir.
Para ello, si no se tiene barco, hay que pasar por el puente de Niteroi de 13,8 km y atravesar la bahia de Guanabara, para adentrarse hacia el Norte del país.
Es un puente muy transitado y de constante ir y venir de gentes. Durante el gobierno anterior a Lula decidieron poner peaje para pasar por dicho puente. Pusieron un par de cobradores y ya está. A cobrar.
Los habitantes del lugar lo tuvieron claro, pasaron, se cargaron a los cobradores y se acabó el peaje.
A estas alturas de las cosas, una no va a defender eso, más que nada porque no sería políticamente correcto.
Pero caramba, eficaz, lo fue un rato.



domingo, septiembre 03, 2006

Pelotas

Digo yo, que después de centenares de años de jugar a la pelota, debe existir alguna forma racional de poder guardarlas en una casa.
Ahora mismo, si me paseo por la mía, hay tres en la biblioteca, una en el baño, y tres más en la habitación de A y S.
Pero cómo guardarlas! el volumen de todas ellas juntas es inconmensurable. No puedo tirar ninguna y un día que vi una deshinchada y me disponía a tirarla felizmente, se oyo un Nooooooooooooo! que tenemos aguja para hincharla.
Pues eso, las odio.