domingo, septiembre 17, 2006

Inmigración.

Me ha sorprendido comprobar que en todas las televisiones, tanto las de aquí como las de allá han decidido unánimemente que los inmigrantes ya no llegan en pateras sino que llegan en cayucos.
He buscado en el diccionario las diferencias pero aparentemente no las hay de significativas. Ambas son embarcaciones de fondo plano y sin quilla.
Tal que así:






Quizá sea porque los cayucos parecen algo más grandes, o porque patera no tiene la categoría del cayuco. No lo sé, pero me ha soprendido la coincidencia en el cambio y en el tiempo. Llega septiembre y vienen los cayucos.
Precisiones lingüísticas aparte, cuando los veo desembarcar me pregunto qué podemos hacer, qué estamos haciendo y desde luego qué es lo que estamos haciendo mal. Todos, no España, no Senegal, sino todos. El sistema.
Porque cuando veo a un hombre llegar vivo en un cayuco sé que ese hombre me dice que está mal y que busca algo mejor.
Pero después de saltar del cayuco, si consiguen permanecer aquí, ¿qué hacen? ¿Cómo sobreviven? ¿Adónde van?

¿Soluciones?