martes, mayo 04, 2004

Las 7

El sol tumbada en la playa mientras corre la brisa y el sueño se asoma, el rumor de las olas con el fin en la arena rotundo y blanco, cíclico. El grito de un niño que corre, el latido de un perro, el zambullido del pez, la risa sonora de la joven ardiente, la radio, la conversación de al lado, el sol que cubre los párpados, la piel que se tensa y que arde.
Y el agua, la sal en los labios, las gotas centelleantes por el cuerpo, la transparencia y el frío, dos brazadas, el infinito en frente, detrás la nada. Hundirse de repente y el silencio, bombeo del corazón, imagen borrosa de una roca.
Y salir y tumbarse, y el sol empieza a bajar, lento y suave, preciso.
Es una tarde de verano, son las 7, la mejor hora, sin duda.