martes, mayo 30, 2006

Pa amb tomàquet

Para preparar un pan con tomate como dios manda hay que comprar un buen pan, mejor si es de payés, o de rebanada grande (no baguette ni, por supuesto, bimbo), y también hay que tener un buen tomate.
Ahora empieza la temporada del tomate; tiene que ser rojo, rojo, maduro como una cereza, jugoso. Hay un tipo especial que se vende en ristras para colgar que es estupendo para el pan con tomate.
Se corta el tomate en dos, poniéndo el cuchillo paralelo a la hoja verde del tomate y se corta.
Y a continuación viene lo más importante: se restriega la mitad del tomate con decisión pero sin romper el pan, dejando que el jugo del tomate moje el pan, hasta que el blanco de la miga se transforma en rojo.
Es un sacrilegio mojar mal el pan, y no digamos rallar el tomate y ponerlo sobre el pan con una cuchara. Esa práctica merece la encarcelación inmediata del individuo.
Cuando ya se ha puesto el tomate se coge un aceite de verdad, de oliva virgen (prensado en frío). No os riais que os conozco.
A mi me gusta denso y verdoso, con sabor. Y entonces se riega la rebanada con generosidad pero sin empaparla.

Tened el jamón preparado a temperatura ambiente y la cerveza fría, fría.

Salud.