jueves, abril 06, 2006

Poniendo orden en el alma

Hoy me atrapó al vuelo algo que nunca había sentido por él hasta ahora. Estaba yo en la habitación pendiente, la que todavía guarda cajas, papeles y trastos viejos. Para qué engañarnos, la mayoría son de él. Me embargó digo, de repente y sin aviso, un arranque súbito de ternura y comprensión hacia sus cosas. Esas por las que tanto nos peleamos porque yo no guardo nada y él lo guarda todo.
Sentí ternura y pensé que debería ayudarle en esa árdua tarea incomprensible de catalogar espacios y recuerdos y papeles y tiquets de compra y extractos del 99.
Así que me fui a buscar cajas vacías de zapatos. Y empecé. Me embargó, digo, algo que nunca había sentido y me pregunté por qué sería.
Ahora, cuando todo parece suave, percuten las ondas de las cosas que nunca mueren.