domingo, noviembre 13, 2005

La casa de los suspiros

Lo cierto es que esta casa nuestra, la nueva, es la casa de la lluvia; una lluvia instalada en una terraza mojada a perpetuidad; la antigua, que todavía conservaremos unos días, y de la que sacamos sin descanso cosas y más cosas, se ha convertido en la casa de los suspiros.
Andamos F y yo de arriba a abajo suspirando y desmontando. Haciendo cajas con un sentido de la trashumancia que yo, reconozco que ya no tengo.
Así que a menudo, durante estos días, tengo unas terribles ganas de sentarme en medio del piso semi vacio y echarme a llorar. Casi como ahora, aunque ahora disimulo porque F está cerca.
El ADSL todavía funciona y en la casa nueva todavía no está... ADSL: la alegoría de los cambios.
Hoy Álex ha venido a sacar cosas y al entrar ha suspirado de alegría. Estaba contento. Le hemos preguntado que echaba de menos en su casa nueva y nos ha dicho que nada, que simplemente, en esa casa era donde había vivido.
Si hubiera sido un poco más mayor habría sabido que lo que le faltaba a su casa nueva era vivirla.

1 Comentarios:

A las 4:21 a. m., Blogger Fujur dijo...

No te pongas tiritas, que cicatrizará antes. Mucho antes.

 

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