lunes, octubre 10, 2005

Claudia y los muertos

A mi sobrina Claudia (8) le chifla hablar de los muertos. Y de la muerte. Tiene catalogada a la familia por orden de muerte. Esto es: el mayor se va a morir antes que nadie y así sucesivamente.
Mi madre mantiene con ella conversaciones sobre cementerios y visitas a los nichos que no tienen desperdicio, y es que a Claudia, eso, la puede. Asi mi madre le contaba que guardaba un gran recuerdo de sus visitas multitudinarias al cementerio de pequeña. Y Claudia no quiere ser menos.
Y a mi madre no se le ha ocurrido otra cosa que contarle que a mi también me gusta ir al cementerio: que si los trapos, las flores, el agua para limpiar la lápida... Y nada, que te vas como más tranquilo.
Mi tío cada día de Navidad sacaba el mismo tema: que si ya se habían pagado los impuestos del nicho, que a ver qué hacíamos; y como siempre iba al cementerio tal día como aquel, nos contaba las últimas modificaciones.
Mi tía decía que el nicho tenía vistas al mar. Y ahora que lo pienso, A Claudia, a mi madre y a mi nos encanta hablar de los muertos.
Y es que las tradiciones generacionales tiene estás cosas. Uno a menudo no elige lo que hereda.