sábado, agosto 06, 2005

Cuenta hoy Nepoomuk que ha recibido una postal de una vecina suya, una niña, que dice: "Te echo de menos pero no tanto".
A mi me ha hecho reir porque supongo que lo que quería decir la niña es: te echo de menos, de acuerdo, pero tampoco tanto como te piensas. Tiene su encanto esta candidez de la infancia. Esta sinceridad que no se paga ni se compra.
Y no sé por qué me ha hecho pensar en una frase de Kafka, de su diario, que no tiene nada que ver pero que por alguna razón que desconozco me ha llevado hasta ahí y que dice:

"Esta mañana ha estallado la guerra, por la tarde he ido a nadar."

1 Comentarios:

A las 6:18 p. m., Blogger Zalzita dijo...

la mesa del rincón es el lugar donde comienzan todas las peleas y confluyen todas las treguas. Es el espacio obligado de las noches y las mañanas, de viejos solitarios y parejas clandestinas, de primeros amores con calor en las tripas y jodedores empedernidos planeando el próximo mangazo. No se porqué los imagino turnándose ordenadamente pensando para si que son los únicos en ese universo, diciéndose “ahora entro yo”: esperando una solución mesiánica, una idea que los saque de la rutina que los agobia; un “dale vamos” del levante de turno; un espacio nuevo cedido a sus manos inquietas; una herencia inesperada que los exima del ardid diario para zafar. Son actores de reparto esperando el protagónico, en el fondo saben que ese sueño que los levanta cada mañana del lugar al que no quieren volver en la noche, es solo eso: un sueño. Son el motor, sucio y remendado que mueve las escenas que rodean la mesa del rincón.

 

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