jueves, julio 21, 2005

Felices 18, Sr. Serlik

Bailar. Bailar un fox, bailar salsa, bailar una rumba.
Pensar, dejar discurrir el pensamiento de un lugar para otro, sin método, sin dirección aparente para caer en cualquier lugar. Reir, hacer reir. Y que me hagan reir.

Los besos de mis hijos y sus abrazos absolutos; el frío, el aire limpio y el sol de invierno.
Bañarme en el Mediterráneo a las siete de la tarde, y bañarme cuando llueve.
El sol.
Leer, leer novelas, novelas de todos los tipos, hundirme en el otro mundo, el que no es, y no ser, y ser otra, en otro lugar, en otro mundo y buscar allá lo que hay aquí.
F., mi compañero de viaje, al que le debo tanto, con quien nos debemos tanto y nos regalamos tanto.
Emocionarme, que las cosas cumplan su función de sacudirme y sorprenderme. No dejar de decir, ni de pensar.
Barcelona, mi ciudad, donde nací, mi raiz, mi principio, mi origen.
Su gente y sus calles, que guste esta ciudad facilona y sencilla de vivir.
Los animales salvajes, las selvas, las inmensidades, los desiertos: el centro y el extremo. Mis padres.
Brasil, Río, su voz, su latido, su jeito.
La gente amable, la que sonríe, la que te dice buenos días cuando entras en algun lugar. Hablar con la gente, comunicar.
Los colores, todos, y los musicales. Frank Sinatra y Rossini. Cocinar, abrir las puertas de par en par y sentar a la mesa a mis amigos.