sábado, julio 09, 2005

Fanny y Alexander

Por hacerle compañía a Miss Guisante, que la tenemos de taquillera en un cine de Barcelona, hablaremos de cine otra vez.
Hoy toca Fanny y Alexander, del señor Bergman.
Dicen que es su testamento, no lo sé; su cine siempre me pareció torturado y torturante, nada que ver con esta película: un homenaje a la ilusión y a la imaginación. Esos dos niños que miran y que a través de ellos enseñan a su familia de principios de siglo pasado, y sus tradiciones, y el frío y el teatro, y la alegría de la infancia, y también la dimensión de las cosas en la infancia: un duelo entre lo oscuro y lo luminoso.
Es para mi una pequeña joya que volvería a ver, sin duda.