viernes, mayo 27, 2005

Querida Lorena Berdún,

Querida Lorena Berdún,
Soy una mujer casada de 38 años, con una vida sexual agradable y placentera, de óptica y moral más cercana a la libertad que a la represión.
Dada mi edad, estado civil y experiencia, como tantos otros seres humanos, no puede decirse que en materia de sexo me escandalicen ya muchas cosas.
Sin embargo, tengo que confesarte que hoy me ha caído un jarro de agua fría, a través del blog de Would, que no ha hecho más que repetirme por enésima vez aquello de que: no te acostarás sin saber una cosa más.
Hoy me he enterado de la existencia y práctica entre adolescentes del juego de la galleta (que no voy a reproducir, para eso está Google) y del juego del impávido.
Ese sí que encuentro mucho más perverso, fascinante y morboso si se tiene también en cuenta que podría ser el juego del impávido i/o de la impávida.
El juego consiste en ponerse un grupo de gente alrededor de una mesa, desnudos de cintura para abajo y poner a alguien que lama a alguno de los presentes teniendo éste que disimular sin que se note que está siendo masturbado. Pierde, obviamente, quien es descubierto.
Querida Lorena,
Crees que este jueguecito adolescente podría aplicarse a edades y grupos no tan adolescentes?

Siempre tuya,

Saravá.

OBS si tuviera narices llamaría al programa...