viernes, marzo 11, 2005

once de marzo y no voy a poner una cruz

Parece que hoy toca pronunciarse, de frente o de perfil. Pongo la televisón: recordatorios por doquier, lágrimas, discursos, el bosque, las sirenas, las imágenes, la pobre Pilar Manjón llorando.
Pongo la radio, tres de lo mismo, entro en los blogs: cruces, pensamientos, silencios.
No vamos a negar que lo que pasó hace un año nos impactó profundamente, creo que todos lloramos; pero ahora que ha pasado un año podríamos hacer también un ejercicio de perspectiva, que, siempre es saludable (a excepción de los familiares afectados que supongo que deben estar escondidos, porque más de uno y más de dos se están regodeando con su dolor).
Lamento decir que si tuviera que poner hoy una cruz, tendría que ponerla cada dia, porque dejando a parte la proximidad física de los 192 muertos del 11-M, cada día van cayendo, de hambre o de enfermedades a miles, y la proporción de enfermos terminales y amenazados de muerte por el hambre es infinitamente superior a los afectados por el terrorismo. Y muertos, lo que se dice muertos, están muertos igual el niño que ha caído ahora mientras escribo porque el hambre pudo con él que el que iba en el fatídico tren.
Y no es por afán de polemizar pero francamente cuando veo toda esta sensiblería teledirigida por los medios me pongo enferma y flaco favor hacemos a los que murieron exactamente hoy hace un año.