miércoles, marzo 23, 2005

Las voces

Creo que era Shostakovich que contaba que durante toda su vida, cuando inclinaba la cabeza hacia un lado oía música.
Esa es la anécdota que recuerdo haber leído en algún libro de Oliver Sachs, eminente neurólogo, cuyo libro más conocido es "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero".
Cuando leí esa anécdota me pareció mágica porque no creo que haya sueño mayor para un músico que oir músicas nuevas, pequeñas melodías o retazos musicales que ayuden al arduo trabajo de la composición musical. Mágico también porque siempre he admirado profundamente a los músicos.
Parece que el extraño hecho de oir música se asociaba a alguna lesión de nacimiento, provocada o no, en la parte del cerebro que rige las aptitudes musicales y que provocaba que oyera esas melodías.
Por suerte para él, parece que las notas eran armónicas, porque muy distinto hubiera sido si en vez de música hubiera oído ruido.