sábado, marzo 05, 2005

El anuncio de Coca Cola

Tengo que decirlo: Me gusta el anuncio de Coca-Cola.
El nuevo. Sí hombre sí, ese en el que sale una mujer que le cuenta a su marido que ha ido a una entrevista de trabajo pero que pedían referencias y entonces al hijo (guapo, bueno, barato) se le ve hablando a alguien (el supuesto jefe) de las bondades de mamá (discurso impecable, digno de un gran guionista lacrimógeno) y al final cuando el hombre dice que quiere a esa mujer (profesionalmente hablando, no nos liemos), el joven (guapo, bueno, bonito, barato) entorna ligeramente los ojos (eso me gusta mucho) y dice: y usted ¿tiene referencias?
Porque entendámonos: está muy bien que para hacer una entrevista de trabajo te pregunten la marca de hidratante que usas, o a que se dedica tu marido ( a mi como que me entran ganas de decir, ah, pero, ¿es a él al que van a contratar?) o mejor aún, cuantos años tienen tus hijos ( juro que la próxima vez me levantaré y me iré). O ¿no vamos a ir a por la niña? o ¿qué coche tienes?
Pero, y ellos: ¿son solventes?, ¿cumplidores?, ¿te dejarán acabar el día a la hora que toca o van a explotarte un ratito?, ¿revisarán tu sueldo o dejarán que se cristalice? ¿Tienen referencias? ¿El moobing forma parte de su trato laboral? ¿Qué porcentaje femenino de directivos hay en la empresa?
Sé de un caso en que un hombre después de pasarse un año en un proceso de selección para una empresa muy importante, cuando finalmente le dijeron que sí, que era la persona elegida, le dieron tres días para decidirse. Su respuesta fue rotunda: Si ustedes han tardado un año, ¿por qué yo no puedo tomarme más días? Y declinó la oferta.
Yo siempre me he quedado con las ganas de volver a una empresa después de una entrevista y decirles: Señores, he estudiado con rigurosidad su oferta, y lamentablemente no cumplen con los requisitos necesarios para contratarme; no obstante, me guardo sus datos por si más adelante los necesitara.
Y no descarto hacerlo, no.