viernes, diciembre 31, 2004

Una vida lateral

Odio profundamente los resúmenes que se hacen con motivo de fin de año. Me refiero a todo tipo de resúmenes: notícias, defunciones, nacimientos o catástrofes.
No sé por qué exactamente, pero no me gustan; me embargan de una nostalgia ñoña y estúpida que no lleva a ninguna parte, más tiempo encima, más años. ¿será eso? No lo sé pero por si acaso me gustaría imaginarlo del revés: un resumen maravilloso de lo que nos ha de pasar, o un resumen no tan maravilloso de lo que podía haber pasado si... y no pasó, ese mundo lateral que va en paralelo con el que vivimos, ese mundo que se construye paso a paso: si giraste hacia la derecha pregúntate que habría ocurrido si lo hubieras hecho hacia la izquierda, y así con todo, o con las cosas que creas que hubieran cambiado tu vida mucho o poco, tampoco es cuestión de pensar en cambiar de casa o de ciudad.
De cualquier forma a quienquiera que pueda leerlo: mejor 2005.

viernes, diciembre 17, 2004

Navidad en el Hemisferio Sur

En Rio llueve con la inmensidad de una ciudad tropical y cuando llueve los mangos huelen más, incluso diría que mejor.
Pero el dia que me viene ahora a la memoria era un día soleado, un mediodia para ser más exactos, se acercaba navidad y el calor era sofocante; la humedad y el sol a plomo caía sobre la ciudad cuando salíamos del trabajo para comer. Curiosamente el Papa Noel de la esquina vestía de puro invierno, igual que aquí en Barcelona: traje rojo, grueso, barba blanca, botas, todo igualito, incluídos los villancicos, sólo que a 38ºC.
Lo encontré fascinante. ¿Por qué no se dedicaban a reinventar el invento y le adecuaban el vestuario? Hubiera sido tan bonito ver un Papá Noel paseando mientras "sambaba" feliz de traje corto y chancletas dispuesto a pregonar la felicidad por Copacabana. Y nada de nueces y otros frutos secos, no, para nada, tendría que ir derrochando mangos, papayas, acerolas por la playa, o mejor aún repartiendo caipirinhas a la voz de feliz navidad entre chapoteos de agua del mar, porque increíblemente en navidad hay gente que pasa calor y se baña en el fantástico océano. Cosa que hace que me muera de envídia.

Cuando te quedas con cara de papagayo

Victoria es una mujer cercana, la conozco desde hace más de diez años. Hoy he sabido que sufre maltratos constantes por parte de su ya exmarido.
Después de 28 años dice que ya es bastante. A mi se me ha puesto cara de papagayo; veo sus lágrimas resbalando hasta caer al suelo frío, una semana antes de navidad. ¿Con quién estará? ¿Cómo pasarán sus días y sus noches?
Creo que si no estuviera sufriendo tanto, si pudiéramos mirar un poco la línea del horizonte por encima de la sábana que la tapa de no sé que angustia, si pudiéramos mirar repito sin el miedo marcado en su mirada, le podría pasar la dirección de la plataforma contra la navidad, a la que me voy a asociar en breve y reirnos un rato y pensar que pronto va a pasar todo y que la intensidad se irá diluyendo con el tiempo.
Hace diez años que la conozco y podría decir aquello de que nadie lo diría, como si ser un maltratador, un demente o un imbecil se marcara en algún gesto específico en la cara.